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Los cucuruchos MON PARNASSE, un capricho que te puedes permitir




Fantástico el nombre con el que bautizaron a esta franquicia de flores, fantástica también la puesta en escena de su interior, la combinación de colores de sus toldos verdes y gris pálido, la recreación de un cielo azul intenso en los techos del establecimiento dando la sensación de encontrarse en un jardín y desde luego más que atractivos los cucuruchos de flores dispuestos en el exterior de la tienda, aquí no es casual la convivencia en total armonía de tonos salmón, amarillos, naranjas, verde manzana, lavanda, !qué sensación más agradable, esos cucuruchitos en papeles multicolor son una verdadera tentación!, para disfrutar a muy buen precio de un precioso y coqueto bouquet . Mon Parnasse aporta una forma distinta de disfrutar de las flores, no es el de los grandes ramos y centros para celebraciones, es más bien un picoteo, un piscolabis, el pastelito que te llevas a casa para la sobremesa del Domingo, o el detalle que llevas a la casa de familiares o amigos, o el ramito, sin fecha especial de celebración con el que obsequias a tu novia/novio cualquier tarde de paseo.

Recibió ese nombre al contraer Mont Parnasse, monte Parnaso en francés, y tras otro pequeño giro al término, para dejarlo como Mon Parnasse,

Y después de toda esta publicidad gratuita que acabo de hacer, vamos a dar un pasito más. Parnaso fue el nombre que la mitología griega dio al monte que había consagrado a Apolo y las Musas. En el Museo del Prado encontraréis un cuadro de Poussin que recrea el mito, representa una celebración de las Artes, especialmente la Poesía y es posiblemente un homenaje de Poussin a su mecenas el poeta Giovanni Battista Marino.

En Madrid puedes encontrar sus floristerías en C. de Alberto Aguilera, 13 Calle de Cea Bermúdez, 66 C. de Dulcinea, 69 C. de Velázquez, 89 Av. Dr. Arce, 32 C. de Potosí, 10 Av. de Ramón y Cajal, 66 Av. de Bruselas, 64 Pl. del Conde de Casal, 8






En París en el siglo XVII los poetas acudían un escarpado barrio a recitar poesía y fue bautizado con el nombre de Montparnasse que en el siglo XVIII fue transformado en un boulevard.

A comienzos del siglo XX se hizo famoso como centro de reunión de intelectuales y artistas.

Al comenzar la Primera Guerra Mundial fue la alternativa al distrito de Montmartre donde se reunieron la anterior generación de artistas de un status social muy diferente al de los artistas emigrantes que llegaron a París prácticamente sin dinero y que vivirían en comunas de artistas como La Ruche, sin agua corriente, en estudios húmedos, sin calefacción, raras veces sin ratas, muchos vendieron sus trabajos por unos francos solamente para comprar comida. Jean Cocteau una vez dijo que la pobreza era un lujo en Montparnasse. Venían a Montparnasse desde todo el mundo, desde Europa, Estados Unidos o Canadá. Algunos otros artistas que se reunieron en Montparnasse fueron Picasso, Apollinaire, Marc Chagall, Fernand Leger, etc.

En 1914, cuando la pintora inglesa Nina Hamnettt llegó a Montparnasse, la primera tarde el sonriente hombre que se sentaba en la mesa de al lado en la cafetería La Rotonde se presentó amablemente como Modigliani, pintor y judío. Se hicieron buenos amigos.

Y así continúa el famoso barrio hasta la actualidad, un foco de creatividad que lanza sus manifestaciones artísticas al resto del mundo.

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