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Florilegios, lo mejor de cada casa



En Botánica y en Literatura, los florilegios reúnen lo mejor de cada casa. Eso sí, están sujetos al criterio de quien los recopila. La palabra proviene del latín, florilegium, se compone de los términos flos (flor) y legere (reunir, escoger). Literalmente es una colección de flores y en sentido figurado una recopilación de lo más selecto, se utiliza también para definir un conjunto o antología de obras literarias, como digo, lo mejor de cada casa.

Los florilegios son algunos de los libros más lujosos y caros de producir debido al inmenso trabajo que implica su creación, impresión y, finalmente, pintura a mano.

Los ilustradores botánicos realizaban pinturas lo más realistas posibles de las flores y plantas que iban conociendo, se lleva haciendo desde el siglo VI hasta la actualidad y se desarrollan especialmente con los viajes que los naturalistas y científicos realizan a partir del siglo XIX. El grado de información que se va aportando a lo largo de los siglos es evidente, incluso se representan pequeños insectos y la evolución de la planta desde su raíz, hojas, capullos y flores.





Bauer fue un ilustrador científico que realizó el viaje de la expedición de Australia a bordo del buque INVESTIGATOR, trabajó junto al naturalista Robert Brown. Bauer no sólo hizo todas las ilustraciones, sino también los grabados de las plantas y las ilustraciones coloreadas a mano, se vendieron menos de cincuenta copias de la obra, es un libro extremadamente raro. En 1997, una copia se vendió en CHRISTIE'S

por $ 57.000.



En 1845, Louis Van Houtte, un botánico belga que dedicó su vida al estudio de las plantas, fundó la revista Flore des Serres et des Jardins de l´Europe; en ella se incluyeron litografías con ilustraciones botánicas que se acompañaban por breves notas históricas, científicas, etimológicas, sinónimos, horticulturales, etcétera.


En la actualidad son muchos los artistas contemporáneos que se inspiran en estos florilegios para sus creaciones. Hoy en día los conocimientos científicos sobre plantas y flores son muy amplios pero descubrir nuevas especies debió ser muy gratificante después de esos viajes largos y sacrificados a tierras remotas que mostraban sus tesoros ante la vista maravillada de estos nuevos visitantes, los naturalistas del siglo XIX.

Me queda recomendaros un bellísimo catálogo reeditado en 2016 por Taschen "Un jardín del Edén", que recoge obras maestras de la ilustración botánica




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